LA MAGIA DE ELIPHAS LEVI. Resumida por Jorge Torres.

LA REALIZACION. PAGINA # 8

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EL PRINCIPIO. PAG. # 10
LA CADENA MÁGICA. PAG. # 11
LA GRAN OBRA. PAG. # 12
LA NIGROMANCIA. PAG. # 13
LAS TRASMUTACIONES. PAG. # 14
LA MAGIA NEGRA. PAG. # 15
LOS HECHIZOS PAG. # 16
LA ASTROLOGÍA. PAG. # 17
FILTROS Y SORTILEGIOS. PAG. 3 18
EL RECIPIENDARIO. PAG. # 1
LOS DOS PRINCIPIOS. PAG. #2

LAS PALABRAS QUE NO SE CONFIRMAN POR MEDIO DE LOS ACTOS, SON PALABRAS OCIOSAS, Y DE LA PALABRA OCIOSA, A LA MENTIRA, SOLO HAY UN PASO.

LA REALIZACIÓN.

 

Las causas se revelan por los efectos, y estos son proporcionados a la causa.

 

El verbo Divino, la palabra única,

EL TETRAGRAMA,

S e ha afirmado, por la creación cuaternaria.

 

La fecundidad humana, prueba la fecundidad Divina.

 

El “JOD” del hombre Divino, es la virilidad eterna del primer principio.

 

El hombre ha comprendido, que esta hecho a imagen y semejanza de Dios, cuando comprendió a Dios, agrandando hasta el infinito, la idea que se había formado de si mismo.

Comprendiendo a Dios, como hombre infinito, el hombre se dijo a si mismo:- “Yo soy el Dios finito”.

 

La magia difiere del misticismo, en que no juzga antes, sino después de haber establecido “posteriormente”, la base misma de sus juicios, es decir, después de haber comprendido la causa por los efectos, y encontrado, el secreto de los efectos desconocidos en la misma energía de la causa, por medio de la a ley universal de la analogía.

Así, en las ciencias ocultas, todo es real, y las teorías no se establecen, más que sobre la base de la experiencia. Son estas, realidades que constituyen las proporciones del ideal, y el mago no admite como cierto, en el dominio de las ideas, más que lo que está demostrado

Por su REALIZACIÓN.

En otros términos; lo que es verdadero en la causa, se REALIZA en el efecto.

Lo que no se REALIZA como causa, no tiene categoría de efecto.

 

LA REALIZACIÓN de la palabra, es el verbo propiamente dicho.

Un pensamiento se realiza, por los signos y por las figuras de los signos; ese es el primer grado de LA REALIZACIÓN,

Después, se imprime en la luz astral por medio de los signos de la escritura o de la palabra: influencia a otros espíritus, al reflejarse en ellos; se retracta, atravesando la “DIAPHANA” de los demás hombres, y adquiere formas y proporciones nuevas, traduciéndose después en hechos que pueden modificar la sociedad y el mundo; este es el último grado de la realización.

Los hombres que nacen en un mundo modificado por una idea, llevan en si, la traza, la impresión de esta idea, y es así, como el verbo se hace carne.

 

La huella de la desobediencia, de Adán,  conservada en la luz astral, no ha podido ser borrada, más que por otra huella o impresión, más fuerte: la obediencia del Salvador,

Siendo así, como puede explicarse el pecado original y la redención, en un sentido natural y mágico.

 

La luz astral o el alma del mundo, era el instrumento del todo poderoso Adán, convirtiéndose luego en instrumento de su suplicio, después de haberse corrompido y turbado, por el pecado, que mezcló un reflejo impuro, a las imágenes primitivas que componían, para su imaginación todavía virgen, el libro de la ciencia universal.

 

La luz astral, figurada en los antiguos símbolos, por la serpiente que se muerde la cola, representa escalonadamente, la malicia y la prudencia, el tiempo y la eternidad, el tentador y el redentor.

Es porque esa luz, siendo el vehículo de la vida, puede servir de auxilio lo mismo al bien, que al mal, y lo mismo puede tomarse, como la figura ígnea de Satanás, que como el cuerpo del ESPÍRITU SANTO, es el alma universal de la batalla de los Ángeles, y lo mismo alimenta las llamas del infierno que el rayo de San Miguel.

 

La luz astral, es la REALIZACIÓN o la forma, de la luz intelectual,

Como esta es LA REALIZACIÓN a la forma, de la luz Divina.

 

Comprendiendo el gran iniciador del Cristianismo, que la luz astral estaba recargada de reflejos impuros de la maldad humana, (o romana), quiso separar a sus discípulos de la esfera ambiente de los reflejos, y llamar toda su atención, hacía la luz interna, a fin de que por medio de una fe común, pudieran comunicarla por nuevos cordones magnéticos, que el llamó (GRACIA), y vencer por este modo, las desbordadas corrientes del magnetismo universal, al que dio nombres de “diablo y de Satanás” para manifestar la putrefacción.

 

Oponer una corriente a otra corriente, es renovar el poder de la vida fluyente.

Así, los renovadores no han hecho más que adivinar, por la exactitud de sus cálculos, la hora propicia, para las reacciones morales.

 

La ley de LA REALIZACIÓN, produce lo que nosotros llamamos, el respiro magnético, del cual se impregna los objetos y los lugares, lo cual les comunica una influencia, conforme a nuestras voluntades dominantes, especialmente, con las que están confirmadas y REALIZADAS por ellos.

 

En efecto, el agente universal, o la luz astral latente, busca siempre el equilibrio, llena el vacío y aspira la plenitud; hace el vicio contagioso, como muchas enfermedades física, y sirve poderosamente, al proselitismo de la virtud.

Por esto, es por lo que la convivencia con seres que nos son antipáticos, se hace intolerable, y por esto también, las religiones de los santos, y de los grandes hombres malvados, pueden ofrecer maravillosos efectos de conversión o de perversión súbita;

 También es por esto, que el amor sexual, se produce, generalmente, por un soplo o por un contacto, y no solamente por el contacto con la misma persona, sino por medio de objetos que ella haya tocado o magnetizado sin saberlo.

 

El alma aspira y respira exactamente igual, que el cuerpo, aspira lo que cree que conviene a su dicha, y respira ideas que resultan sensaciones íntimas.

Las almas enfermas tienen mal aliento y vician su atmósfera normal, es decir, mezclan a la luz astral, que los penetra, sus reflejos impuros.

 

Hay quien se asombra, de verse asaltado en sociedad, por pensamientos malvados que no hubieran creído nunca posibles, ignorando quizás, que se deben a alguna proximidad mórbida.

Este secreto, es de la mayor importancia, porque conduce a la manifestación de las concupiscencias, uno de los poderes más incontenibles y más terribles de la magia.

 

El respiro del alma, (respiro magnético), produce alrededor del alma, una radiación de la que es centro, y se rodea del reflejo de sus obras, que le hacen un cielo, o un infierno.

Ni hay en ello actos solitarios, ni podría haber en ellos, actos ocultos. Todo cuanto realmente queremos, es decir, todo cuanto confirmamos por medio de los actos, permanece escrito en la luz astral, en donde se conservan los reflejos de nuestros actos.

 Estos reflejos influencian constantemente, nuestro pensamiento, por mediación de la disciplina, y así es como nos convertimos en hijos de nuestras propias obras.

 

La luz astral, trasformada en luz humana, en el momento de la concepción, es la primera envoltura del alma, y al combinarse con los fluidos más sutiles, forman el cuerpo etéreo o el fantasma sideral del que habla PARACELSO, en su FILOSOFÍA DE INTUICIÓN.

Este cuerpo sideral, al desprenderse del resto del ser, al momento de la muerte, atrae hacia si, y conserva durante largo tiempo,( por la poderosa simpatía de los homogéneos), los reflejos de la vida pasada, y si su voluntad, poderosamente simpática, le atrae en una corriente particular,  se podrá manifestar naturalmente, porque no hay nada más natural que los prodigios. De este modo, es como se producen las apariciones.  (LA NIGROMANCIA)

 

 

Existen dos clases de REALIZACIÓN: la verdadera y la fantástica.

La primera es el secreto exclusivo de los magos;

La segunda, pertenece a los hechiceros y a los brujos.

 

 

Las mitologías son realizaciones fantásticas del dogma religioso.

Las supersticiones son más eficaces sobre la voluntad humana, que una filosofía Especulativa y exclusiva de toda practica.

Por esta razón, San Pablo opone las conquistas de la locura de la Cruz, a la inercia de la sabiduría humana.

La religión, realiza la filosofía, “adaptándola” a las debilidades humanas del vulgo;

Tal es, para los cabalistas, la razón secreta y la explicación oculta de los dogmas de la encarnación y de la redención.

 

Los pensamientos que no se traducen en palabras, son pensamientos perdidos para la humanidad.

Las palabras que no se confirman por medio de los actos, son palabras ociosas, y de la palabra ociosa a la mentira, no hay más que un paso.

El pensamiento formulado por la palabra, y confirmado por hechos, es lo que constituye la buena o mala obra.

Así pues, sea en vicio, sea en virtud, no hay palabra de lo que uno no sea responsable.

Hay personas a las que no se les ofende impunemente, y si la injuria que se les ha hecho, es mortal, desde luego que comienzan a morir lentamente.

 

No se habla en vano, y hasta una mirada, cambia la dirección de nuestras vidas.

 

La impopularidad, puede ser una prueba de identidad y de valor, pero no es jamás una demostración de prudencia o de política.; las heridas infringidas a la opinión pública, son mortales, en los hombres de estado, esas heridas, pueden ser grandes injusticias; pero no por eso, dejan de ser motivadas por el fracaso, y son con frecuencia, decretos de muerte.

 

Como revancha, las injusticias inflingidas a un solo hombre, pueden y deben, si no se separan, causar la pérdida de todo un pueblo, o de toda una sociedad, es lo que se llama: “el grito de la sangre”, por esto, familias enteras se matan por la muerte de un hombre que ni siquiera se conocieron,  (Un tatarabuelo quizás), Y siguen matándose, después de generaciones y generaciones, porque en el fondo de toda injusticia, existe el germen del homicidio.

Es a causa de estas terribles leyes, leyes de soliradidad, por lo que el Cristianismo recomienda tanto, el perdón de las injurias, y la reconciliación.

Aquel que muere sin perdonar, se arroja a la eternidad armado de un puñal, y se entrega a los horrores de un asesinato eterno.

 

Es una tradición, y una creencia invencible entre el pueblo, el de la eficacia de las BENDICIONES, O DE LAS MALDICIONES PATERNALES O MATERNALES.

En efecto, cuanto mayor son los lazos que unan a la personas, más terrible será el odio que se tengan entre si, y sus efectos. Que los padres se percaten de estos odios, para que no enciendan el infierno con su propia sangre. No es nunca un crimen el perdonar, y es siempre un peligro y una mala acción, la de maldecir.

 

 

 

 

 

 

 

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