EL PRINCIPIO.
Todas las religiones han conservado
el recuerdo de un libro primitivo, escrito en figura, por los sabios de los primeros siglos del mundo, y cuyos símbolos, Simplificados y vulgarizados mas tarde, han suministrado a las escrituras su letra, al verbo, sus
caracteres, a la filosofía oculta, sus signos misteriosos y sus pantaculos.
Este libro, atribuido a Enoch o Enoc, el séptimo maestro del mundo,
después de Adán, por los hebreos; a Hermes Trimegisto, por los egipcios, a Cadmo, el misterioso, fundador de la Villa Santa,
por los griegos, era el resumen simbólico de la tradición primitiva, llamada después Kabbala o Cábala, de una palabra Hebrea,
que es la equivalente a Tradición.
Esta tradición reposa, completamente
en el dogma único de la Magia; lo visible, es para nosotros, la medida proporcional de lo invisible. Así pues, los antiguos,
habiendo observado que el equilibrio es en física, la ley universal, y que resultó de la oposición aparente de dos fuerzas,
declararon que en Dios, es decir, en la primea causa viviente y activa, se debía reconocer a la otra: la estabilidad y el
movimiento, la necesidad y la libertad, el orden racional y la autonomía evolutiva, la justicia y el amor, y por consecuencia
también, la severidad y la misericordia, y son estos dos atributos, los que los cabalistas hebreos personifican de algún modo,
bajo los nombres de GEBURAH
Y DE CHESED.
Por encima de Geburah y de Chesed, reside la corona suprema, el poder equilibrador, principio
del mundo o del reino equilibrado, que encontramos designado bajo el nombre de Malchut,
en el versículo oculto y cabalístico del padre, del que ya hemos hablado.
Pero Geburah y Chesed, mantenidos
en equilibrio, en lo alto, por la corona, y en lo bajo, por el reinado, son dos principios que pueden considerarse, sea en
su abstracción, sea en su realización.
Abstractos o idealizados, toman los
nombres superiores de Chomach, la sabiduría, y de Bimech, la inteligencia.
Realizados, se llaman: la estabilidad
y el progreso,
Es decir, la eternidad y la victoria,
Hod y Netsach.
Tal es, según la cabala, el fundamento
de todas las religiones y todas las ciencias, la idea primitiva e inmutable de las cosas; un triple triangulo y un circulo,
la idea del ternario, explicada por la balanza y multiplicada por si misma, en el dominio de lo ideal, después de la realización
de esta idea, en las formas.
Ahora bien, los antiguos ligaron
las primeras nociones de esta sencilla y grandiosa teología, a la idea misma de los números, y calificaron así,
Todas las cifras de la primera década:
1- KETER. – La corona, el poder equilibrador.
2- CHOMAH.- La sabiduría, equilibrada en su oren inmutable, por la iniciativa de la inteligencia.
3- BINAH- La inteligencia activa equilibrada por la sabiduría
4- CHESED.- La misericordia, segunda concepción de la sabiduría, siempre bienhechora porque es fuerte.
5- GEBURAH.- El rigor necesitado por la misma sabiduría
y por la bondad. Sufrir el mal, es impedir el bien.
6- TIPEHERET.- La belleza, concepción luminosa del equilibrio en las formas, el intermediario entre la
corona y el reino, el principio mediador entre el Creador y la creación. (Que sublime idea encontramos aquí, de la poesía
y de su soberano sacerdocio).
7- NETSAH.- La victoria, es decir, el triunfo eterno de la inteligencia y de la justicia.
8- HOD.- L a eternidad de la victoria del espíritu sobre la materia, de lo activo sobre lo pasivo, de
la vida sobre la muerte.
9- JESOD.- El fundamento, es decir, la base de toda creencia y de toda verdad, que es lo que llamamos
nosotros en filosofía: lo absoluto.
10.-MALCHUT O MALKOUT.- El reino es el universo,
es toda la creación, la obra y el espejo de Dios, la prueba de la razón suprema. La consecuencia normal que nos fuerza a ascender
a las premisas virtuales, al enigma cuya palabra es Dios, es decir, RAZÓN SUPREMA Y ABSOLUTA.
Estas diez primeras
nociones, unidas a los diez caracteres del alfabeto primitivo, significando a la vez, principios y nombres, son en Cabala:
LOS DIEZ ZAFIROTAS.
El tetragrámaton
sagrado, trazado de esta manera, indica el número, el momento, y la relación de los nombres Divinos.
Es el nombre de
IOT CHAVAH escrito con esos veinticuatro signos,
coronados de un triple florón de luz, a la que hay que referir los veinticuatro tronos del cielo y los veinticuatro ancianos
coronados del Apocalipsis, en cabala, el principio oculto se llama el anciano, y este principio multiplicado y como reflejado
en las causas segundas, crea sus imágenes, es decir, tantos ancianos como hay de concepciones diversas de su única esencia.
Estas imágenes, menos perfectas al alejarse de su manantial, lanzan a las tinieblas un último reflejo o de postres resplandor,
que representa a un anciano horrible y desfigurado, es decir, lo que se llama vulgarmente: EL DIABLO.
Así, un iniciado
ha osado decir: “EL DIABLO ES DIOS” comprendido por los malvados.
Y otro, en términos
más extraños, pero no menos enérgico, ha agregado:
“EL DIABLO
ESTA FORMADO POR JIRONES DE DIOS”.
Nosotros podrimos
resumir y explicar estas aserciones tan nuevas, haciendo advertir, que en el propio simbolismo, el demonio es un Angel caído
del cielo, por haber querido ursupar, la Divinidad. Esto pertenece al lenguaje alegórico de los profetas y de los autores
de leyendas.
Filosóficamente
hablando, el diablo es una idea humana de la Divinidad sobrepagada y desposeída del cielo por el progreso de la ciencia y
de la razón.
MOLOCH, ADRAMELECK,
BAAL, han sido, entre los primitivos orientales, las personificaciones del Dios único deshonrados por los bárbaros atributos.
Como el Dios de los JANSENISTAS, creando para el infierno a la mayoría de los humanos, y complaciéndose en las torturas del
mismo, de aquellos a quienes no ha querido salvar.
Vamos a hablar
aquí del TAROT, desde el punto cabalístico.
Ya hemos indicado
el origen oculto de su nombre.
Este libro jeroglífico,
se compone de un alfabeto cabalístico y de una rueda o círculo, de cuatro décadas, y específicamente por cuatro figuras simbólicas
y típicas, que tiene cada una por radio, una escalera de cuatro figuras progresivas
representando a la humanidad:
HOMBRE, MUJER,
JOVEN Y NIÑO.
AMO, AMA, COMBATIENTE,
Y CABALLERO O ESCUDERO.
Las veintidós
figuras del alfabeto, representan primeramente, los trece dogmas y después, las nueve creencias autorizadas de la religión
hebraica, religión fuerte y fundada sobre la más elevada razón.
He aquí, la clave
religiosa del TAROT, manifestada en varias técnicas, a la manera de los antiguos legisladores:
1.- Todo anuncia una causa activa, inteligente.
2.- El número sirve de prueba a la unidad viviente.
3.- Nada puede limitar a lo que contiene el todo.
4.- Unido, antes de todo principio, esta presente
en todas partes.
5.- Como es el único dueño, es el único adorable.
6.- Revela a los corazones puros, su dogma verdadero.
7.- Pero es preciso un jefe único a las obra de
la fe.
8.- Por esta razón, no tenemos más que un altar
y una ley.
9.- Y nunca el eterno cambiará la base.
10.- De los cielos y de nuestros Díaz, rige cada
fase.
11.- Rico en misericordia, y poderoso para castigar.
12.- promete a su pueblo un rey y el porvenir.
13.- La tumba es el paso a una nueva tierra, la
muerte termina, la vida es inmortal.
14.- El buen Angel, es aquel que calma y atempera.
15.- El malo es el espíritu del orgullo y de la
cólera.
16.- Dios manda en el rayo y gobierna en el fuego.
17.- Vesper y sus resplandores, obedecen a Dios.
18.- Coloca sobre nuestras torres de centinela
a la luna.
19.- Su sol, es el manantial en donde todo se renueva.
20.- Su aliento hace germinar el polvo de las tumbas.
21.- A donde los mortales sin freno descienden
en rebaños.
22.- Su corona ha cubierto la propiciatoria y sobre
los querubines, hace resplandecer su gloria.
Con la ayuda de esta explicación, puramente dogmática, se pueden comprender las figuras del alfabeto cabalístico
del TAROT.
Así, la figura
numero uno, llamad EL BATELERO, representa el principio activo en la unidad, en la autotelia divina y humana.
La figura numero
dos, llamada vulgarmente LA PAPISA, representa la unidad dogmática, fundada en los números, es la cabala o la gnosis personificada.
La figura numero
tres. Representa la espiritualidad Divina, bajo el emblema de una mujer alada, que sostiene en una mano, el aguija apocalíptica,
y en la otra el mundo suspendido por el extremo de su cetro.
Las demás figuras están tan claras y son tan explicables como las primeras.
Pasemos ahora
a los cuatro signos, es decir, a los bastos, las copas, espadas y a los círculos o pantaculos, llamados vulgarmente: oros.
Estas figuras.
Son los jeroglíficos del TETRAGRÁMATON;
Así, el bastos,
es el Phalus de los egipcios o el Hod de los hebreos.
La copa, es el
Cteis o el Hé primitivo.
La espada, es la conjunción de dos o el Lingam
figurado en el hebreo.
El circulo u oro,
imagen del mundo, es el Hé final del nombre divino.
Ahora tomemos un Tarot, y reunamos cuatro a cuatro todas las páginas que
lo forman, y hagamos una rueda o ROTA como lo indica Guillermo Postel, y coloquemos juntos los cuatro ases, los cuatro
doces, etc.
Y tendremos diez
paquetes de cartas que dan la explicación jeroglífica del triangulo de los nombres Divinos, en la escala del denario que publicamos
más arriba.
Se podrá pues,
leerlas así, refiriendo cada número al sefirota correspondiente.
CUATRO SIGNOS
DEL NOMBRE QUE CONTIENE TODOS LOS NOMBRES.
1.-KETER
Los cuatro ases.
La corona de Dios
tiene cuatro florones.
2.- CHOLMAC.
Los cuatro doces.
La sabiduría se
esparce y forma cuatro ríos.
3.- BINAH.
Los cuatro treces.
De su inteligencia
da cuatro pruebas.
4.- CHESED.
Los cuatro cuatros.
De la misericordia,
resultan cuatro beneficios.
5.- GEBURAH.
Los cuatro cincos.
Su rigor castiga
cuatro veces, otros tantos crímenes.
6.- TIPEHERET.
Los cuatro seises.
Por cuatro rayos
puros, se revela su belleza.
7.- NETSATH.
Los cuatro sietes.
Celebremos cuatro
veces su eterna victoria.
8.- HOD.
Los cuatro ochos
9.- IESOD.
Los cuatro nueves.
Sobre cuatro fundamentos,
está basado el trono.
10.- MALCHUT.
Los cuatro dieses.
Su único reinado
es cuatro veces el mismo, conforme a los florones de la Divina diadema.
Los diez espirotas,
y las veintidós cartas del Tarot, forman lo que los cabalistas llaman las treinta
y dos vías de la ciencia absoluta.
En cuanto a las
ciencias particulares, las dividen en cincuenta capítulos,
A los que llaman
las cincuenta puertas. (Sabido es, que puerta significa gobierno o autoridad entre los orientales).
Los rabinos dividen
también la cabala en:
BERESHIT o GÉNESIS UNIVERSAL, Y EN MERCAVAH O CARRO DE EZEQUIEL.
De los dos maneras
de interpretar los alfabetos cabalísticos, forman las dos ciencias denominadas: LA GEMATIA Y EL TEMURAH. Y componen el arte
adivinatorio, que no es otra cosa en el fondo, que la ciencia completa de los signos del TAROT, y la aplicación compleja y
variada, en las adivinaciones de todos los secretos, sea de la filosofía, sea de la naturaleza, sea también, del porvenir.