LA MAGIA DE ELIPHAS LEVI. Resumida por Jorge Torres.

LA CADENA MÁGICA. PAGINA # 11
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FORMAR LA CADENA MÁGICA, ES ESTABLECER UNA CORRIENTE MAGNÉTICA, QUE SERÁ MÁS Y MÁS FUERTE, EN RAZÓN A LA EXTENCIÓN DE LA MISMA.

LA CADENA MÁGICA

 

El gran agente mágico que hemos llamado Luz Astral, y que otros llaman “el alma de la tierra”, y que los antiguos alquimistas denominaban:

 “AZOE” Y “MAGNESIO”.

Esa fuerza oculta, única e incontestable, es la llave de todos los imperios, el secreto de todos los poderes, el dragón volador de Medea, la serpiente del misterio Edenico; es el espejo universal de las visiones, es el nudo de las simpatías, el manantial de amores de la profecía y de la gloria.

Saber apoderarse de este agente, es el ser depositario del mismo poder de Dios.

Toda la magia real, efectiva, todo el verdadero poder oculto, esta en esto, y todos los libros de la verdadera ciencia, no tienen otro fin, sino el demostrarlo.

Para apoderarse del gran agente mágico, hacen falta dos operaciones: “CONCENTRAR Y PROYECTAR”.

O en otros términos: “FIJAR Y MOVER”.

El autor de todas las cosas, ha dado como base, y como garantía,

EL MOVIMIENTO Y LA FIJEZA;

El mago debe operar en la misma forma.

 

El entusiasmo es contagioso, -se dice- ¿Por qué? Porque el entusiasmo no se produce sin creencias arraigadas.

La fe, produce la fe, creer es tener una razón de querer; querer con razón, es querer con fuerza, ya no diré que infinita, pero si definida.

Lo que se opera en el mundo Moral e Intelectual, se verifica, con mayor motivo, en el mundo físico.

Cuando Arquímedes solicitaba un punto de apoyo para mover al mundo, buscaba simplemente, el gran Arcano Mágico.

 

REUNIR Y REPARTIR, son los dos verbos de la naturaleza,

Pero… ¿Como reunir o acumular, y como repartir la Luz Astral, o el alma del mundo?

Se reúne por medio del aislamiento, y se reparte por medio de la

CADENA MÁGICA.

El aislamiento consiste; para el pensamiento, en una dependencia absoluta; para el corazón, en una libertad completa; para los sentidos, en una continencia absoluta y perfecta.

Todo individuo que tiene prejuicios y temores; todo hombre apasionado y esclavo de sus pasiones, es incapaz de acumular, o de coagular la Luz astral, o el alma de la tierra.

Todos los verdaderos adeptos, han sido independientes hasta el suplicio; sobrios y castos hasta la muerte, y la razón de esta anomalía, es que, para disponer de una fuerza, no hay que ser presa de esa misma fuerza, en forma que sea ella la que  disponga de nosotros.

 

Pero entonces, exclamaran los hombres que buscan en la magia, un medio de contentar maravillosamente los anhelos de la naturaleza: ¿De que sirve un poder del que no puede uno usar a satisfacción? ¡Pobres de la gente que lo solicitan! Si yo se los dijera, ¿como lo comprenderían? ¿No son nada las perlas porque no tengan valor alguno para las huestes de Epicuro? ¿No encontraba Curtís, más hermoso mandar a los que tenían mucho oro, que poseerlo el mismo?

Por lo demás, yo lamento el afligirlos, el desanimarlos, pero yo no invento aquí, las elevadas ciencias; las enseño y hago constar las rigurosas necesidades al sentar sus primeras y más inexorables condiciones.

 

La  cubita de Mesmer, era una cadena mágica, bastante imperfecta; muchos grandes círculos de iluminados en diferentes países del norte, han sido cadenas más poderosas.

La misma sociedad de ciertos sacerdotes católicos, celebres por su poder oculto, y su impopularidad, estaban establecidos sobre el plan, y siguiendo las condiciones de las cadenas mágicas, más poderosas, siendo este el secreto de su fuerza, que ellos atribuían exclusivamente, a la gracia o a la voluntad de Dios, solución vulgar y facial, de todos los problemas de fuerza en influencia o en arrastramiento. Ya podrá apreciarse en nuestro ritual, la serie de ceremonias y las evocaciones, verdaderamente mágicas, que componen la gran obra de la vocación, bajo el nombre de los ejercicios de San Ignacio.

 

Todo entusiasmo propagado en una sociedad por consecuencia de comunicaciones y de practicas convenidas, produce una corriente magnetiza y se conserva o aumenta, por esa corriente.

La acción de la corriente es arrastrar o exaltar a las personas impresionables y débiles, a los temperamentos dispuestos al histerismo, o a las alucinaciones.

Estas personas, se hacen pronto poderosos vehículos de la fuerza magnética, y proyectan con fuerza la Luz Astral, en la misma dirección de la corriente; oponerse entonces, a las manifestaciones de la fuerza, sería de algún modo, combatir la fatalidad.

Los círculos mágicos, y las corrientes magnéticas, se establecen por si mismas, e influencian siguiendo las leyes fatales, a los que ellas someten a su acción.

Cada uno de nosotros, esta atraído, hacia un círculo de relaciones que es su mundo, y del que sufre su influencia.

Son los grandes círculos los que forman a los grandes hombres, y recíprocamente. No hay en ellos genios incomprendidos; hay si, excéntricos, y la palabra parece haber sido inventad por un adepto.

El hombre excéntrico en genio, es aquel que trata de formarse un círculo, luchando contra las fuerza de atracción central de las cadenas y de las corrientes establecidas. Su destino es ser vencido en la lucha, o triunfar.

¿Cuál es la doble condición del éxito en semejante caso? ¡un punto central de fijeza y una acción circular perseverante de iniciativa.

El hombre genio, es aquel que ha descubierto una ley real, y que por consecuencia, posee una fuerza invencible de acción y de dirección;  puede morir en la obra; pero lo que ha querido se cumple, a pesar de su muerte;

Porque la muerte es una verdadera asunción para el genio.

 

Cuando yo me eleve de la tierra. –Decía el más grande de los iniciadores- yo lo arrastraré todo, atrás de mí.

 

La ley de las corrientes magnéticas, es la del movimiento mismo de la Luz Astral. Este movimiento es siempre doble, y se multiplica, en sentido contrario.

Una grande acción, prepara siempre una reacción igual, y el secreto de los grandes éxitos, está todo el, en la paciencia de las reacciones. Así, es como CHATEAUBRIAND, inspirado por los saturnales revolucionarios, presintió y preparó, el inmenso éxito de su “GENIO DEL CRISTIANISMO”.

 

Oponerse a una corriente que comienza su circulo, es querer ser quebrantado, oponerse a la corriente que ha recorrido todo el circulo de su acción, es tomar la cabeza de la corriente contraria.

El gran hombre, es aquel que llega a tiempo y sabe innovar oportunamente.

El la época en la que vivimos, todo está preparado para una nueva explosión de entusiasmo evangélico y de desinterés Cristiano, precisamente a causa del desencadenamiento universal, del positivismo egoísta y del público cinismo, con que se ostentan los más groseros intereses. El éxito  de ciertos libros y las tendencias místicas de los espíritus, son síntomas nada equivocas, de esta predisposición general. Se restauran los viejos templos, y se edifican otros nuevos; cuanto más se siente el vació de creencias, con más ahínco se espera.

 

EL MUNDO ENTERO ESPERA UNA VEZ MÁS AL MESÍAS,

QUE NO PUEDE TARDAR EN VENIR.

Que se encuentre por ejemplo, un hombre colocado en una elevada posición, por su rango y su fortuna, un Papa, un rey, o porque no, un judío millonario, y que este hombre sacrifique pública y solemnemente, todos sus intereses materiales a la salvación del mundo o de la humanidad, y que se haga redentor de los pobres, el propagador, y aún la victima de las doctrinas de abnegación y de caridad, y se formará a su alrededor, un concurso inmenso, y se producirá una completa conmoción en el mundo. Pero la elevada posición del personaje, es ante todo, necesaria, porque en nuestros tiempos de miseria y de charlatismo, todo verbo que proceda de las bajas capas sociables, viene ya con un sello de sospecha, de una ambición desmedida, y de un interés engañoso.

Nosotros que no tenemos nada, y que no somos nada, no esperemos nada de apóstoles ni de Mesías.

Si tenemos fe, y queremos proceder en razón de nuestra fe, lleguemos primero, por los medios de acción, que son: la influencia del rango y el prestigio de la fortuna. En otras épocas, se hacía el oro con la ciencia; hoy en día, es preciso rehacer la ciencia con el oro. Se fijó lo volátil, es preciso volatilizar lo fijo. En otros terminas; se ha materializado el espíritu, ahora es necesario, llegar a espiritualizar la materia. La palabra más sublime, no tiene eco en nuestros días, si no se produce bajo la garantía de un hombre, es decir, de un éxito que representa un valor material.

Estamos en el siglo de las posiciones adquiridas; cada cual vale en razón a lo que representa social y comercialmente hablando.

Las supersticiones son instintivas, y todo lo que es instinto, tiene una razón de ser en la naturaleza misma de las cosas. Es esto lo que los escépticos, no han reflexionado todavía, ni poco ni mucho.

Nosotros atribuimos pues, todos los hechos extraños del movimiento de las mesas, al Agente Magnético Universal, que busca una cadena de entusiasmo, para formar nuevas corrientes.

Es una fuerza ciega por si misma, pero que puede ser dirigida por la voluntad de los hombres, y que está influenciada por las opiniones circundantes o circulantes.

Este fluido magnético universal, siendo el medio común de todas las organizaciones nerviosas, y el vehículo de todas las vibraciones sensitivas, establece entre las personas impresionables, una verdadera soliradidad física, y trasmite de las unas a las otras, impresiones de la imaginación y del pensamiento.

 El movimiento de las cosas inertes, determinado por las ondulaciones del agente universal, obedece a la impresión dominante, y reproduce en sus revelaciones, tan pronto toda la extravagancia, tan pronto toda la falacia de los sueños más incoherentes y más vagos.

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