PERSONIFICAR LA RAZÓN ABSOLUTA, ES
DETERMINAR EL IDEAL DIVINO.
La razón, la libertad, la necesidad.
Este es el grande y supremo triangulo
de los cabalistas.
La fatalidad, la voluntad y el
poder.
Este es el ternario mágico que en
las cosas humanas, corresponde al triangulo Divino.
La fatalidad, es el encadenamiento inevitable de efectos y de causas, en un
orden dado.
La voluntad, es la facultad directriz, de las fuerzas inteligentes,
Para conciliar la libertad de las
personas, con la necesidad de las cosas.
El poder, es el prudente empleo de la voluntad, que aún hace servir a la fatalidad
misma,
Al
cumplimiento de los deseos del sabio.
En los misterios de la magia, existe
una ley que el vulgo desconoce, pero de la que el iniciado se sirve.
Las fuerzas de la naturaleza, están
a disposición, de aquel que sabe resistirlas.
Aquel que dispone del amor de los
demás, es porque se ha hecho dueño del suyo.
¿Quieres poseer? ¡No te entregues!
El mundo está imantado por la luz
del sol, y nosotros estamos imantados por la luz astral del mundo.
Lo que se opera en el cuerpo del
planeta, se repite en nosotros.
Hay pues, en nosotros, tres mundos
análogos y jerárquicos como en la naturaleza.
El hombre es el microcosmo, o pequeño
mundo, y según la ley de la analogía,
Lo
que es en el gran mundo, lo es también en el pequeño.
Como es arriba es abajo.
Hay pues en nosotros, tres centros
de atracción y de proyección de fluidos:
El cerebro, el corazón y el órgano
genital.
En cada uno de estos órganos, se
halla la idea del ternario.
Por medio de estos órganos, nos ponemos
en comunicación con el fluido universal,
Trasmitido
a nosotros, por el sistema nervioso.
También estos tres centros, son el
asiento de la triple operación magnética.
Cuando el mago ha llegado a la lucidez,
comunica y dirige a voluntad, unas vibraciones magnéticas,
Presentes en toda la masa de la luz
astral, cuyas corrientes se adivinan con la varita mágica.
Por medio de estas vibraciones, se
influencia el sistema nervioso de las personas sometidas a su acción,
Calma o atormenta, cura o hace enfermar,
da muerte o resucita.
Una voluntad lucida, puede obrar
sobre el astral,
Y con el concurso de otras voluntades
que ella absorbe, y que ella arrastra,
Determinar, grandes e irresistibles
corrientes.
Decíamos también, que en luz astral,
se acumula más, o menos, en ciertos centros.
Cuando carece de energía para alimentar
la vida, se producen enfermedades de descomposición súbita, que causan la desesperación de la medicina, el cólera, por ejemplo,
no obedece a otras causas.
Todo esfuerzo inteligente de voluntad,
es una proyección de fluido o de luz humana,
Y
aquí hay que distinguir la luz humana, de la luz astral.
Y el magnetismo animal, del universal.
Sea lo que fuere, siendo esta luz
el instrumento de la vida, se fijará naturalmente en todo lo que tiene vida,
Identificándose
a la propia vida del ser que anima.
Esta es la luz, que proyectada sin
cesar por nuestra voluntad, forma las llamadas “atmósferas personales”.
Es realmente contagioso, respirar
el mismo aire que los enfermos, y estar en el círculo de “atracción” de agentes “maleantes”.
Cuando la atmósfera magnética de
dos personas, está de tal modo equilibrado, que el atractivo de una “absorba” o “aspire” la
“expansión” de la otra;
se produce un efecto llamado “simpatía”; entonces, la imaginación, “llama a si” a todos los rayos
de luz
Que producen la otra persona, o todos
los “reflejos análogos” a los que la otra persona experimenta.
Se forma así un poema de deseo, un
sentimiento, que arrastra a la voluntad de la persona.
Y si las personas son de diferente
sexo, se produce entre ellas, (frecuentemente, en la más débil),
Una completa “embriaguez de
luz astral” que es la pasión, propiamente dicho, o el “amor”.
El amor, es uno de los más grandes
instrumentos del poder mágico.
Pero
está formalmente prohibido al mago, al menos como embriaguez, o pasión.
El amor sexual, es siempre una ilusión,
puesto que es el resultante de un “MIRAGE” imaginario y pasadero.
La luz astral, es el agente universal
seductor, figurado por la serpiente del génesis,
este agente sutil, siempre activo,
siempre acompañado de seductores ensueños y de dulces imágenes; esa fuerza, ciega por si misma y subordinada a toda voluntad;
sea para el bien, sea para el mal; ese espíritu corporal, ese cuerpo ígneo, ese éter impalpable y presente en todas partes;
indiferente, hasta cierto punto por si mismo, lo mismo se presta al bien que se presta al mal, lleva en sí la luz, y propaga,
a veces, las tinieblas; lo mismo puede nombrarse como una serpiente que se muerde la cola, o como una aureola;
Es un fuego, pero lo mismo puede
pertenecer a las hogueras del infierno, que a las ofrendas del incienso prometidos y dedicados al cielo. Para apoderarse de
el, es preciso, como la mujer predestinada, a aplastar su cabeza con el pie.
Para dominar a la serpiente, es decir,
para dominar el círculo astral, es preciso ponerse fuera del alcance de las corrientes, es decir, aislarse completamente.
Pero aislarse, no significa envolverse
en un saco de lana, como lo hizo APOLONIO DE TRYANA,
Sino que es absolutamente necesario,
haber impuesto una quietud absoluta a su espíritu y a su corazón;
Haberse independizado del dominio
de las pasiones, y haberse asegurado de la perseverancia,
Por medio de los actos espontáneos,
de una voluntad inflexible.
También es preciso reiterar con frecuencia,
los actos de esa voluntad,
Porque
la voluntad, no se asegura por si misma, sino por actos, como la religión no ha adquirido su imperio y su duración, sino mediante
ceremonias y ritos.
Existen substancias embriagadoras,
que al exaltar la sensibilidad nerviosa, aumentan el poder de las representaciones,
Y por consiguiente, las seducciones
astrales;
Por
lo mismos medios, pero siguiendo una dirección contraria, se pueden espantar y aún turbar, a los espíritus.
Esas substancias magnéticas, y magnetizadas,
una vez más, por las prácticas, son los que se llaman filtros, o bebidas encantadas.
Pero no debemos abordar esta peligrosa
aplicación de la magia, sino más delante, me limitaré, pues, a comprobar por ahora, la realidad de este poder.
Para disponer de la luz astral, es
preciso comprender la DOBLE VIBRACIÓN, y conocer la balanza de las fuerzas llamadas:
EL EQUILIBRIO MÁGICO, que se manifiesta
en la cabala, POR EL SENARIO.
Este equilibrio, considerado en su
causa primaria, ES LA VOLUNTAD DE DIOS.
Y pone en acción las leyes de la razón eterna
En el hombre, ES LA LIBERTAD; en
la materia ES EL EQUILIBRIO MATEMATICO.
EL EQUILIBRIO produce la estabilidad
y la duración.
LA LIBERTAD, engendra la inmortalidad
del hombre, y la voluntad de Dios, pone en obra las leyes de la razón, como ya dije.
EL EQUILIBRIO DE LAS IDEAS, ES LA
SABIDURÍA.
Y EL EQUILIBRIO es riguroso, si se
observa la ley existente,
Si se viola, por ligeramente que
sea violada, se pierde el EQUILIBRIO.
Por esta razón, es por la que no
hay nadie perdido ni inútil.
Toda palabra y toda acción, marchan
en pro o en contra del EQUILIBRIO.
Porque el EQUILIBRIO, Representa
la verdad, que se compone del pro, y del contra, pero conciliados.
La omnipotencia, es la libertad más
absoluta; luego, la libertad absoluta, no podría existir sin un EQUILIBRIO perfecto.
EL EQUILIBRIO MÁGICO, es pues, por
lo tanto, una de las condiciones primordiales del éxito, en las operaciones de la ciencia mágica, y debe buscarse aun en la
química oculta, aprendiendo a combinar los contrarios, sin neutralizar el uno, con el otro.
POR EL EQUILIBRIO MÁGICO, es como
se explica el grande y antiguo misterio,
De
la existencia y de la necesidad relativa del mal.
Esta necesidad relativa da, en magia
negra, la medida del poder de los demonios o espíritus impuros, a los cuales, las virtudes que se practican en la tierra dan
más furor, y en apariencia aún más fuerza.
En épocas en que los santos y los
Ángeles, hacen abiertamente milagros, los brujos, hechiceros y diablos, realizan a su vez, maravillas y prodigios también.
En nuestro siguiente capitulo, les
hablaré de:
LA ESPADA FLAMEANTE.